No todo lo que haces está bien o está mal, pero tienes algunas costumbres que, sin darte cuenta, a la larga pueden generar más problemas que beneficios.
Desde cosas que haces en casa, en la escuela y en la oficina, hasta lo que recomiendas para los demás. Checa algunas de estas situaciones que probablemente deberás replantear.
1. Sentarte con las piernas cruzadas
Diversos estudios han llegado a la conclusión de que cruzar las piernas causa un aumento temporal de la presión sanguínea, pero no hay evidencia de consecuencias a largo plazo, salvo por una excepción. Cruzar las piernas a la altura de los tobillos no incrementa la presión arterial; pero hacerlo a la altura de las rodillas sí. Los médicos recomiendan a las personas con mayor riesgo de sufrir coágulos sanguíneos que no crucen las piernas por largos ratos porque en su caso, impedir el flujo de la sangre puede aumentar el riesgo de sufrir una trombosis venosa profunda.
2. Alimentar a las aves
Alimentar a las aves es uno de los pasatiempos favoritos entre adultos mayores y niños en el parque, pero se ha demostrado que representa un riesgo para la salud del ser humano, ya que el contacto con las aves puede generar el contagio de enfermedades como la histoplasmosis, criptococosis, psitacosis y la ornitosis.
3. Usar lentes de sol de baja calidad
El deseo de ahorrar en la compra de lentes para el sol, hace que elijas modelos que no cumplen con las normas para el cuidado de tus ojos. Ya sea que no te protejan de los rayos ultravioleta y te lleguen a generar quemaduras de retina o que debido a la oscuridad de las micas tus pupilas se dilaten, los ojos reciben una doble dosis, lo cual es aún más nocivo que no usar lentes. En un estudio de la Universidad Complutense de Madrid se ha demostrado que el exceso de los rayos ultravioleta puede provocar cataratas, dañar los ojos e incluso provocar cáncer.
4. Beber mucha agua
No siempre beber mucha agua es bueno. Según los expertos, si tomamos demasiada agua, los riñones eventualmente no son capaces de funcionar lo suficientemente rápido para eliminar el exceso de líquido del cuerpo. Además, el agua en exceso puede eventualmente causar inflamación en el cerebro, evitando que regule las funciones vitales que debe desempeñar, como la respiración, lo que causa la muerte.
5. No tomar suficiente agua
Ahora el otro lado de la moneda: beber poca agua acarrea problemas graves en los riñones, promueve las migrañas y ralentiza tu metabolismo, entre muchas otras cosas. Asegúrate de tomar al menos 8 vasos al día.
6. Comer sin dejar el escritorio
Cómo comes es casi tan importante como lo que comes. Cuando te alejas de tu escritorio (aunque sea por unos minutos) y platicas con más personas, tu cerebro descansa, se aclaran tus pensamientos y recargas energía, por lo que regresas a tu lugar de trabajo sintiéndote más relajado y siendo más productivo. Por el contrario, comer en tu escritorio te orilla a hacerlo de forma apresurada, sin disfrutar tus alimentos y sin darle un merecido descanso a tu cerebro.
7. Cosumir snacks chatarra
A todos les pasa: apurados por resolver miles de tareas, pasas largas horas sin comer o peor aún, sacias tu apetito con una bolsa de papas, unos chocolates o unas poco saludables galletas. Si esto pasara de vez en vez no habría problema, pero si sucede día tras día, las consecuencias de ingerir comida chatarra con frecuencia son el sobrepeso, un gran riesgo de sufrir diabetes, incapacidad para concentrarse y ansiedad, entre muchas otras.
8. No pararte de tu lugar
Uno de los peores hábitos que adoptas cuando trabajas en una oficina es permanecer largas horas sentada detrás de un escritorio. La falta de movilidad tiene un sinfín de consecuencias negativas para la salud: aumento de peso, rigidez muscular, estreñimiento, infecciones urinarias… ¿Necesitas más razones para estirarte y caminar por lo menos una vez por hora?
9. Beber leche descremada
La leche descremada es uno de los productos favoritos en las dietas para reducir tallas. Es liviana, sana y, al parecer, más inofensiva que la leche entera. No obstante, una nueva investigación podría echar abajo esta creencia, porque se habría descubierto que junto con la grasa, esta leche pierde vitaminas y obtiene sustancias sintéticas que no son nada saludables.
10. No cuidar la postura
Una mala postura con el cuerpo inclinado hacia delante o exageradamente derecho, dificulta la respiración y puede redundar en problemas como lumbago, escoliosis y lordosis; además de comprimir los órganos de la digestión y provocar molestias digestivas.