Alguna vez has imaginado cómo sería tu vida si de la noche a la mañana descubrieras que eres una princesa o que provienes de una familia millonaria y tus padres siempre te lo ocultaron. Sí, esto suena bastante descabellado e incluso se asemeja a la trama de la película El diario de la princesa. Sin embargo, es la realidad de un hombre, quien durante años trabajó como albañil hasta descubrir que su padre es un multimillonario empresario.
Lamentablemente, su historia no ha tenido un final de película, pues su padre lo ha rechazado durante años, orillándolo a vivir una vida precaria y en el anonimato, motivo por el que lo ha demandado.
Marcelo Omar Urbano, albañil de 58 años y originario de Argentina, tuvo que realizarse dos pruebas de ADN para confirmar las palabras que su madre dijo en vida, afirmándole que su padre biológico era un millonario.
Su infancia fue bastante dura, jamás festejó un cumpleaños, pasó días sin comida y la ropa que vestía era donada por vecinos o conocidos. A esto se sumó el hecho de no poder terminar sus estudios por falta de recursos y tener que ser criado por su abuela.
Sin embargo, su mamá siempre insistió en que era hijo de un millonario e incluso se lo recordó antes de fallecer, insistiendo que su padre biológico era Eduardo Lapania, un importante magnate de Córdoba, Argentina.
De acuerdo con el relato de su madre, Marcelo indicó que ella estudió en un colegio de monjas y el papá, su abuelo, la dejó como empleada en la casa de los Lapania. Fue ahí donde quedó embarazada de uno de los hijos. Al conocerse la noticia, los dueños decidieron despedirla.
Nací en 1963. Mi mamá, que falleció hace varios años, me contó todo desde chico. Y cuando estuvo muy grave e iba a fallecer, me volvió a decir que mi padre era un millonario…
Ella estudiaba en un colegio de monjas y el papá, mi abuelo, la dejó como empleada en esa casa [de los Lapania]. Estuvo enojada hasta el último día de su vida por la situación…
Cabe mencionar que cuando Marcelo tenía 21 años, se reunió con su padre biológico en un bar de Buenos Aires y le comentó que era su hijo, pero este lo negó en varias ocasiones.
Impulsado por su familia, el albañil llevó su caso a los estrados y luego de dos pruebas de ADN, comprobó que es hijo de Eduardo Lapania. Ahora preparará una segunda demanda por 880 mil dólares por los daños causados tanto a él como a su familia.
Eduardo Lapania es presidente de las Bodegas Don Cristóbal, una empresa dedicada a la exportación de vino en más de 15 países de América, Asia y Europa. Hasta el momento, el empresario se ha mantenido en silencio respecto al tema, pero es claro que esta vez no podrá hacerse de la vista gorda y de una u otra manera deberá resarcir el daño causado.