¿Puedes ser ambientalista y comer carne?

Escrito por el 25 de abril de 2022

Por Ana Kerman vía Vida Verde

Ser ambientalista significa defender activamente al medio ambiente, dentro del cual hay animales, zonas silvestres, masas acuáticas, cultura humana y urbanización. “Medio ambiente” es una categoría social por excelencia, pues implica nuestra relación con él, nuestros modos de producción, apropiación y uso. Además, tanto “ambientalista” como “medio” son constructos cargados de significados culturales. Hoy, el modo de producción de alimentos y bienes se basa en la explotación cruel de recursos finitos y animales. El sistema cárnico es sumamente perjudicial para el planeta. Echemos más luz sobre estos asuntos para responder la pregunta inicial.

El apogeo del reclamo ambientalista

Previamente a la celebración de la Cumbre sobre Cambio Climático 2019, la ONU alertaba sobre los impactos del cambio climático. Básicamente, proponía un debate sobre cómo reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Así lee un comunicado:

“La Cumbre reunirá a gobiernos, sector privado, sociedad civil, autoridades locales y otras organizaciones internacionales para desarrollar soluciones ambiciosas en seis áreas: la transición global hacia energías renovables, infraestructuras y ciudades sostenibles y resilientes, la agricultura y ordenación sostenible de nuestros océanos y bosques, la resiliencia y adaptación a los impactos climáticos, y la convergencia de financiación pública y privada con una economía de emisiones netas cero.”

¿Su propuesta? Transformar a fondo las economías en base a la fijación de objetivos de desarrollo sostenible.

En este contexto, las protestas ambientalistas hicieron sentir su eco. Greta Thunberg se erigió en un paladín de esta lucha. Y en numerosos países miles de ciudadanos manifestaron por el bienestar del planeta.

Los ejes más problemáticos

La FAO indica que el cambio climático amenaza nuestra capacidad para garantizar la seguridad alimentaria mundial y erradicar la pobreza. Lograr un desarrollo sostenible es imperativo. Veamos las cifras:

  • Las industrias ganaderas mundiales representan el 14,5% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero causadas por el hombre.
  • El 26% de la tierra cultivable del mundo se utiliza para el ganado.
  • El 33% de todas las tierras de cultivo se dedican a la alimentación del ganado y no de las personas.
  • La deforestación es espeluznante. En la selva amazónica se talan árboles (el equivalente a 1.5 canchas de fútbol por hora) para el pastoreo del ganado.
  • La disponibilidad de agua es otra clave del desperdicio del sistema ganadero. La cría de animales utiliza 1/3 de nuestro suministro de agua potable. Sin embargo, 700 millones de personas en todo el mundo sufren de escasez de agua.
  • La gran cantidad de CO₂ absorbido por los océanos provoca su acidificación. Las zonas muertas oceánicas se han relacionado con el estiércol del ganado y la escorrentía agrícola. A medida que aumenta la temperatura del océano, los arrecifes de coral mueren y el agua se vuelve más ácida. La acidificación de los océanos dificulta el desarrollo de los ecosistemas marinos.

El cambio climático tiene efectos directos e indirectos sobre la productividad agrícola:

  • cambios en los patrones de lluvia
  • sequías e inundaciones
  • redistribución geográfica de plagas y enfermedades

La FAO apoya a los países a mitigar y adaptarse a los efectos del cambio climático a través de una amplia gama de programas. Éstos forman integral de la agenda 2030 y de los objetivos de desarrollo sostenible.

En pocas palabras…

Después de todo, no parece muy coherente ser ambientalista y comer carne al mismo tiempo. Adoptar una alimentación basada en plantas es una de las mejores formas de ayudar a nuestro hogar. ¿Qué clase de consciencia se supone que desarrolla un activista medioambiental si apoya lo mismo que combate?

¿Cuáles son tus ideas al respecto? Join the conversation… ¡Te leemos!


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