La costarricense Jessi Rodríguez quiere demostrar al mundo que los cánones de belleza establecidos han quedado obsoletos. Para lograrlo, a sus 23 años se propuso ser la primera concursante plus size en conquistar el título de Miss Universo, pues desea coronarse como una de las mujeres que han conseguido el triunfo en este certamen.
Fue la hermana de Jessi quien la animó a mandar sus fotos para buscar un lugar en las preliminares, en las que se elegirá a la mujer que representará a su natal Costa Rica en el concurso de belleza internacional más importante. Aunque tuvo que admitir que no pudo evitar sentirse sorprendida de que la llamaran después de pasar el primer filtro.
Cuando me presenté en las preliminares había mujeres un poco bajitas, una ‘curvy’, pero yo era la única mujer gordita. Aún no me han dado los resultados.
Actualmente, Jessi se desempeña como modelo de tallas extra, un trabajo que disfruta enormemente y que la ha ayudado a superar sus inseguridades, pues a pesar de todas las críticas, ella dice sentirse feliz y en paz con su cuerpo.
Emocionada, la chica espera recibir buenas noticias muy pronto y continuar avanzando en el proceso que la lleve a cumplir sus sueños. Primero, consiguiendo el título de Miss Costa Rica y posteriormente, participar por el triunfo internacional en Miss Universo.
Los tiempos han cambiado, las personas ya no solo quiere ver gente aspiracional, también se quieren sentir representados y por eso me animé a mandar mis fotos a las preliminares, quiero que me elijan como la representante de mi país en Miss Universo.
En la actualidad, el tema del peso corporal sigue generando mucha controversia, pues siempre habrá personas que estén a favor de que cualquier chica pueda cumplir sus sueños, sin importar las medidas de su cuerpo. Aunque también están aquellos que alegan que un concurso de belleza solo debe admitir a mujeres que cumplan con ciertas características físicas.
Cuando me miro al espejo, a veces lloro, a veces río, a veces no sé qué pensar. Cuando me miro al espejo, me cuestiono mi apariencia, soñando con verme como la sociedad me pide que me vea. Cuando me miro al espejo, veo esa mujer que ha luchado contra prejuicios, estereotipos y tabúes, una mujer fuerte y valiente. Cuando me miro al espejo, siento incertidumbre de que un día amé lo que veo, pero al otro lo odie.