Por Naran Xadul vía VIX
Ya sea cuando todavía son bebés, de uno, dos o cinco años, los niños siempre prefieren jugar con las cajas donde vienen los juguetes, que con el objeto que elegiste con toda la emoción del mundo porque, según tú, «le iba a encantar».

Pero, ¿por qué les llama tanto la atención algo muchas veces ni siquiera tiene color y que bien podría estar en el bote de la basura? Como adultos no le vemos otra utilidad que la de proteger al juguete.
Sin embargo, para tu hijo una caja es una GRAN JUGUETE. Sí, para ellos es algo tan grandioso y multifacético que le dará horas de diversión, gracias al llamado juego libre. Es decir, algunos días puede ser un carro de carreras, una linda casa, un escondite… Uff, la lista es interminable.
EVGENY ATAMANENKO/SHUTTERSTOCK.COM
Una simple caja de cartón es un objeto que le permite disfrutar de múltiples aventuras, salir y meterse para esconderse, descubrir la textura del cartón, etc. Por lo tanto, les ayuda a desarrollar su creatividad y a aprovechar su imaginación. En pocas palabras: LA AMARÁN.
El color neutral de una caja de cartón le ayuda a refrescar sus sentidos (vista y oído, principalmente), además de que les brinda la oportunidad de pintar toda la superficie ellos mismos y fortalecer su creatividad.

Además, es muy bueno para su desarrollo cognitivo y para tu bolsillo, ya que puede suplir a más de dos juguetes y le ayuda más de lo que imaginas. Por ejemplo, un estudio de la Universidad de Toledo revela que a menos juguetes, mayor es la creatividad de los niños.
Así que no necesitas comprarle miles de juguetes para mejorar su desarrollo; al contrario, basta con unos pocos (bien elegidos de acuerdo a su edad) y algunas cajas: tu hijo será feliz y aprenderá más.

Aquí sí aplica la frase de menos es más…